De Cara al Porvenir

FRASES BONITAS …Y FALSAS

Pedro Juan González Carvajal*

En una de sus últimas entrevistas Giorgio Arrmani, ícono mundial de la moda, dijo: “Mi único arrepentimiento en la vida fue haber pasado demasiadas horas trabajando y no suficiente tiempo con amigos y familia”.

Esta sentida frase que da lugar a profundas e inútiles disquisiciones filosóficas, resulta válida días antes de morir, pero si Armani hubiera tenido a la certeza de vivir 20 años más, 19 y medio los hubiera dedicado altrabajo y algunos espacios a los amigos y la familia.

De la misma familia de la confesión arrepentida de Armani son: “Si pudiera volver a nacer cometería menos errores, dedicaría más tiempo a las cosas simples y no me entregaría tanto al trabajo” o “Si pudiera hablar con mi yo de 20 años, le diría que no se dejara atrapar de la rutina, que no viviera tanto para los demás y que pensara más en él”.

Sin duda son frases atractivas, además, reconozco que hay algunas personas que por convicción actúan así pero realmente son pocas.  Lo cierto es que, en la vida hay momentos y hay etapas y, para acabar de ajustar, esos momentos de vida son diferentes.  Cuando estamos pequeños y quisiéramos estar permanentemente con nuestros padres, estos están trabajando, porque están en plena etapa productiva y porque tienen la responsabilidad de levantar a sus hijitos. Cuando estamos adolescentes y empezamos a creernos autosuficientes, los padres se convierten casi que en un estorbo. Cuando nuestros padres están viejos, estamos en un momento crucial de la vida profesional y de responsabilidades familiares -los hijos en la universidad, por ejemplo- que nos absorben por completo. Y, como dijo alguna reconocida filósofa: “Y del mismo modo, en sentido contrario”.  

Y, realmente, poco tiene que ver con decisiones voluntarias, pues más bien, es el ciclo de la vida.

En ese hipotético reinicio de la vida, francamente creo que la viviría tal como la he vivido, con los mismos errores, y no voy a incurrir en el eufemismo meloso de decir que fueron aprendizajes, No, ¡fueron errores!  Tomaría las mismas decisiones porque, de nuevo, sería imposible predecir sus resultados y solo se sabe si una decisión fue buena o mala, con espejo retrovisor.

En fin, pero como todo depende del momento, seguramente si días antes de morir me hicieran una entrevista a lo mejor diría lo mismo que Giorgio Armani.

*Doctor en Filosofía. Presidente de la Corporación Universitaria Lasallista.