De Cara al Porvenir

Empleo y solidaridad

Pedro Juan González Carvajal*

En épocas de alto desempleo y de comportamientos inestables de la economía, es donde se hace imprescindible ser creativos y solidarios para garantizar la existencia de oportunidades laborales y de generación de ingresos para que la gente subsista y no estemos incubando de manera creciente la figura perversa y perniciosa de los subsidios, figura que es necesaria de carácter temporal ante ciertas circunstancias y emergencias, pero nunca de manera permanente y menos como forma de vida, pues esto es absolutamente insostenible e inmoral.

Depende de los Gobiernos sentar las bases para establecer confianza y estabilidad para que los inversionistas se la jueguen dentro del país, así como establecer mecanismos que permitan a nivel macroeconómico dinamizar la economía, ya buscando la generación rápida de empleo apostándole a la construcción y al agro y de manera mediata, a la industria, al comercio y a los servicios.

El Estado sigue siendo el principal consumidor de productos, bienes y servicios a nivel planetario, así como el principal inversor, sobre todo en prestación de servicios y en obras de infraestructura pública y de mantenimiento del espacio público. Por eso el manejo de los recursos -que son de todos- debe ser impoluto y transparente.

Sin embargo, cada uno de nosotros también podemos aportar nuestro grano de arena a nivel microeconómico, cada uno, con sus reales posibilidades, pero atendiendo los principios de colaboración y de solidaridad. Lo anterior no es solo un buen propósito o un acto de caridad: Es un acto de civilidad y de pragmatismo, ya que, si mejoramos las condiciones de nuestro entorno, más seguros estaremos.

Veamos algunos ejemplos que podrían ser vistos como ir en contravía de las facilidades que nos ofrece la tecnología o de la búsqueda permanente y continua de racionalizar los costos y los gastos o de la preeminencia de criterios como eficiencia y eficacia, de productividad y de competitividad, pero es que el momento histórico que estamos viviendo, merece, requiere y necesita una mirada distinta, una mirada llena de generosidad y de justicia, ahora que todavía tenemos alguna posibilidad de maniobrar y de tener la iniciativa.

¿Qué tal si en nuestras unidades residenciales garantizamos el empleo de los 3 turnos de vigilancia y de servicios varios todos los días de la semana?

¿Qué tal si contratamos a las personas del servicio doméstico cumpliendo plenamente con los mandatos le ley?

¿Qué tal si en los edificios públicos y privados volvemos a tener la figura de los ascensoristas aún en ascensores inteligentes?

¿Qué tal si el Estado coloca turnos de 24 horas para la prestación de todos los servicios fundamentales y de trámites entre el ciudadano y el Estado?

¿Qué tal si las empresas a conciencia vuelven a realizar de manera manual algunos de los procesos o actividades previamente automatizadas?

¿Qué tal si hacemos un inventario de todas las cosas que tenemos por hacer, construir o reparar en nuestros hogares y oficinas y comenzamos paulatinamente a realizarlos?

Construir o ampliar nuestra casa, pintar y embellecer los espacios, reparar y forrar los muebles, arreglar los jardines, hacerles mantenimiento a los techos, reparar y hacer mantenimiento de los electro y los gasodomésticos, cambiar las cortinas, arreglar los zapatos y las prendas que lo ameritan, ir al peluquero y al manicurista, lavar el carro, regalar y donar lo que no usamos, apoyar económicamente orfanatos, ancianatos y entidades que desarrollan actividades de atención y protección a los más vulnerables, incluyendo animales.

Apoyar a quienes desarrollan artes y oficios y que nos pueden ayudar a resolver problemas como los ebanistas, los carpinteros, los pintores, los electricistas, los plomeros, los mecánicos, los albañiles, entre otros tantos y apoyar y promover a personas que trabajan con el arte en cualquiera de sus expresiones y el deporte y que pueden orientar, potenciar y darle clases a nuestros hijos y a nosotros mismos para que nos ayuden a desarrollar destrezas particulares.

Si vamos a celebrar, pues contratemos algunas de las cosas que vamos a necesitar como comida, bebida, recreación, meseros, aseo, entre otras actividades.

Una invitación a que no seamos cositeros, tacaños, mentecatos, amarrados, avaros y mucho menos inhumanos.

Llamémoslo solidaridad, caridad, colaboración, apoyo, altruismo, fraternidad, filantropía, como sea, pero hagámoslo.

¡Hoy por ti, mañana por mí!

El problema es grande y grave y todos tenemos la obligación, por nuestra conveniencia y por razones de justicia y equidad, de aportar y contribuir proporcionalmente en su mitigación.

Superar el déficit de vivienda que para el caso de Colomba es de 5.3 millones de viviendas, para Antioquia 400.000 y para Medellín 40.000 en números redondos, es otra forma de generar impacto positivo en la generación de empleo.

Según VIVA (Empresa de vivienda de Antioquia), la construcción de 1 vivienda asocia 4 empleos directos y el mejoramiento de viviendas, 2 empleos directos. El impacto en generación de empleo sería más que notable.

¡¡¡No es hora de que nos vaya a quedar grande la grandeza!!!

*Presidente de la Corporación Universitaria Lasallista; Exrector de la Corporación Universitaria Lasallista; Doctor en Filosofía de la Universidad de Antioquia; Ingeniero de Sistemas de EAFIT; Exrector de la Corporación Universitaria Remington; Expresidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Medellín Para Antioquia; Exgerente de la Beneficencia de Antioquia; Exsecretario de Hacienda de Medellín, Colombia; Exgerente General de la Organización Empresarial Ilimitada; Profesor Universitario, Conferencista, Escritor, Tratadista, Asesor y Consultor Internacional.