Juicios

LA REVOLUCION
Alfredo Vanegas Montoya

Imperativo nombre asignado a la Mina de Oro en Aluvión que adjudicara, en la década del sesenta del Siglo XX, la Gobernación de Antioquia en extensión de cinco kilómetros de largo por dos de ancho partiendo del sitio Playa Rica en el Sector de El Salado, fuentes de la Quebrada La Ayurá, de Envigado, y tomando ese eje como punto de partida hasta la desembocadura en el Río Medellín.

El área de la mina comprendía la mayoría de las cuencas de las Quebradas La Ayurá y La Mina.

Superados los procesos de Aviso en la Alcaldía de Envigado y Denuncio en la Gobernación del Departamento, fueron presentadas oposiciones por las empresas Coltejer, Grulla y Peldar. Solo insistió Coltejer que enfrentó el proceso ante los Jueces del Circuito con el peregrino argumento de la navegabilidad de La Ayurá lo que haría imposible, por prohibición legal, la adjudicación de minas de Oro de aluvión ubicadas en lechos de ríos navegables y por la carencia de interés jurídico dada la inexistencia de mineral de oro en la pretendida Mina.

Surtido el trámite, se probó con dictamen de peritos designados por los Jueces, la existencia de oro y la permanente y tradicional explotación, por el sistema de barequeo o mazamorreo que consiste en el lavado de las arenas auríferas para extraer el preciado metal.

La supuesta navegabilidad, por absurda, fue rechazada de plano.

Varios años duró el proceso que fue atendido por los Juristas Luis Sicard Velásquez, Apoderado de Coltejer, y Jaime Sierra García Representante del estudiante de Derecho y Concejal de Envigado, por el Movimiento Revolucionario Liberal MRL, Alfredo Vanegas Montoya.

En firme la providencia que descartó las objeciones, la Gobernación de Antioquia comisionó al señor Carlos Galvis Callejas, Alcalde de Envigado, para que diera posesión de la Mina al titular acreditado quien pagó todos los impuestos y la redimió a perpetuidad.

Coltejer, por su parte, atendió la orden judicial y con suma prontitud cubrió al vencedor de la litis las elevadas costas.

Área de la Mina La Revolución que comprende las cuencas de las Quebrada La Ayurá y La Mina en Envigado, desde El Salado hasta el Río Medellín. Son 5 kilómetros de largo por 2 kilómetros de ancho. Actualmente no existe posibilidad legal de explotación minera en esa zona.

También el Cura Párroco de Santa Gertrudis, Pablo Villegas López, tomó partido y propuso públicamente el cambio de nombre de la Mina La Revolución por el de Mina La Revelación. El Propietario de la mina desoyó la insinuación del respetado Levita.

Otras consecuencias se derivaron del resultado del sonado caso de la Mina La Revolución.

Desde el 2 de Agosto de 1912 la Sociedad Comercial de Heliodoro Medina y Compañía obtuvo, mediante Acuerdo número 22 del Concejo de Envigado, el “Derecho para usar el agua de la Quebrada La Ayurá como fuerza motriz en su establecimiento” y con tal expediente sin mediar aviso la población de Envigado era periódicamente sometida a padecer cortes del sistema de acueducto controlado desde la Fábrica Rosellón.

Cuando el Concejo de 1912 concedió, legalmente facultado, la merced de uso de agua de La Ayurá, le asistió el ánimo de promover el desarrollo económico y la industrialización mediante la “introducción a la Empresa Rosellón de maquinarias, materias primas, y demás enseres y elementos necesarios para su instalación, ensanche y explotación». Presidió el Concejo Pedro Pablo González Arango el Secretario Edilicio era César L. Mesa. Sancionó el Acuerdo el Alcalde Francisco Restrepo L. con Antonio María Mejía V. como Secretario. Firmaron el Contrato el Personero Municipal Javier Díez en Representación del Municipio, Roberto Medina en Representación de la Sociedad Comercial de H. Medina y Compañía con la asistencia de los Signatarios Testigos Francisco Chavarriaga y Pedro P. Santamaría.

De ese ventajoso Acuerdo para Municipio y Empresa, la peor parte debieron padecer los vecinos de la Quebrada La Mina porque a tal cuenca hídrica fueron facultados los industriales para “desaguar a ella los excusados de la empresa”.

Al perder Coltejer el dominio del mayor recurso hídrico de Envigado otro gallo cantó en La Ayurá porque la legislación minera nacional que adoptó por Ley 38 de 1887 el Código Minero del Estado Soberano de Antioquia tenía dispuesta una prelación para las explotaciones mineras que se imponía sobre todo tipo de actividad para la utilización de las aguas con la excepción de las necesarias para el consumo humano y el riego de huertos y jardines.

En la fábrica Rosellón ya no se generaba energía hidroeléctrica y la Concesión otorgada por la Municipalidad había terminado. Recuperó Envigado el control de las aguas de La Ayurá y puso fin a las arbitrarias suspensiones ejercidas durante años por empresarios mal informados.

Cincuenta y cinco años después del Acuerdo 22 de 1912, la Empresa Acuantioquia asumió el control del Acueducto y el Alcantarillado de Envigado. Por elección unánime de la Asamblea de Accionistas fue designado el propietario de la Mina La Revolución como Representante de la Ciudad Señorial en la Junta Directiva de la empresa de servicios públicos la cual quedó integrada asi: 1.- Alfredo Vanegas Montoya, Concejal, por Envigado; 2.- Octavio Arismendy Posada, Gobernador, por el Departamento de Antioquia; 3.- Ernesto Bravo Betancur, Gerente del Idea; 4.- El Gerente del Instituto de Fomento Municipal; 5.- Juan H. Alvarez White, Ingeniero Residente del Instituto de Fomento Municipal en Antioquia.

Posteriormente fue nombrado Gobernador el Ingeniero Jorge Pérez Romero, Alfredo Vanegas Montoya ingresó al Gabinete en la Secretaría de Educación y Cultura y en nuevos períodos fue elegido en la Junta Directiva de Acuantioquia en Representación del Gobierno Departamental.

En la década del ochenta del siglo pasado Empresas Públicas de Medellín se encargó de la Administración de todo el sistema de acueducto urbano de Envigado y el 29 de Diciembre de 2005 fue liquidada y disuelta la empresa Acuantioquia.